con el pie en la letra

por rafael serrano


Teresa sin ser escritora en el tradicional sentido de la palabra es una mujer de letras que todo lo contrario a hacer las cosas al pie de la letra se ha dedicado a desencadenar procesos desde el trabajo tipográfico. Teresa afirma, que quiere someter a prueba la hipótesis de que abordar lo tridimensional a partir de una familia tipográfica, puede constituir un método de trabajo que da vida a una familia de objetos utilitarios. Así como cada letra evoca en su ser un sonido, T (como ella se hace representar) encuentra en ellas objetos o anhelos de ser que vienen dados por las propias demandas formales que en ellas se construyen. El desarrollo e investigación actual, afirma T, es el inicio de una búsqueda de formas nuevas de proyectar que tendrán en cuenta la relación que existe entre los objetos y la comunicación. T se interesa por un diseño que se garantiza a sí mismo como proceso de comunicación, al estar inspirado en las unidades mínimas de la comunicación histórica. La letra y el alfabeto. Elementos claves en la formación de culturas históricas.
Barthes nos dice que la cultura influye en la representación de la historia y viceversa, además que la pérdida del significado es inmanente a cualquier historia o representación de la cultura, porque en ella intervienen los signos del lenguaje. La historia pierde su objetividad en el preciso momento en que se escribe y T, crea elementos en los que es posible encontrar dos niveles históricos de múltiples lecturas: su papel como fundadora de un mundo y el papel que juegan sus objetos.
Me atrevería a decir que el primero es su propio carácter no conforme, que no hace las cosas al pie de la letra sino que elabora nuevas combinaciones con signos (conjunción de un sonido o imagen que se encuentra prefigurado por su historia y usos anteriores) a la manera de una bricoleuse de Lévi-Strauss, sin necesariamente cambiarles su naturaleza, pero si su sinsentido, T desarma los signos, para generar un proceso de múltiples combinaciones y múltiples lecturas. Esta forma de comunicación trae consigo formas ideológicas propias del tiempo que vivimos. La transversalidad, lo híbrido, la multidireccionalidad, etc.
En el segundo nivel T lee y escribe una historia de la contemporaneidad. La historia es un texto y sus objetos son doblemente textos, en su literalidad y en su utilidad. T no documenta lo real sino que produce lo inteligible. Barthes decía que los textos y las imágenes de la historia, reciben marcada influencia de la ideología y de las técnicas retóricas del investigador. T hace un tipo de discurso que produce un texto, aunque no facilita la representación de la realidad.
Este proceso de convertir la letra en un objeto utilitario trae consigo una doble intención comunicativa que trasciende la función primaria comunicativa de la letra y la convierte en cosas que sirven para algo más que para traducir sonidos con significado. De dónde viene esa letra y hacia dónde va son los procesos que T está interesada en orquestar dentro de la improvisación si se quiere jazzística que hace de la letra. La imagen habla aunque no del todo puesto que su composición total está compuesta de partes mucho más pequeñas que articulan distintos niveles de significado según se enfoque la mirada.
Barthes afirmó en el espíritu de la letra que la palabra no es el único entorno, el único resultado, la única trascendencia de la letra y que por supuesto que ellas sirven para formar palabras, pero también sirven para formar otras cosas. ¿Qué cosas? Preguntémosle a T.