el diseño de objetos espera su hora

Aunque hay mucho talento, la industria prefiere copiar que hacer sus diseños
María Gabriela Méndez

EL UNIVERSAL. 19.08.2007

Arquitectos y artistas siempre se han sentido atraídos por el diseño de muebles y la historia está llena de ellos. Movimientos como Arts and Crafts o la Bauhaus revolucionaron no sólo el concepto de lo utilitario en el arte sino que abrieron rumbos que hoy siguen vigentes.

Aunque Venezuela tuvo su etapa de brillo a finales de los años 50 y principios de los 60, ese desarrollo no alcanzó un mayor ámbito. Los ejemplos puntuales se quedaron en producciones reducidas, aunque no por ello menos importantes: Emile Vestuti -cuyos muebles se encuentran exhibidos en el Centro Cultural Chacao-, Miguel Arroyo y Cornelis Zitman son sólo algunos de los exponentes que llevaron el arte al diseño de objetos cotidianos.

Incluso en los años 80, la devaluación de la moneda introdujo un nuevo elemento en el que era necesario producir antes que importar.

Sin embargo, todavía hoy Venezuela se encuentra rezagada en este terreno. Una de las razones es, para el arquitecto Jorge Rivas, que la producción sigue siendo muy artesanal porque la industria nacional nunca ha tenido interés de contratar a diseñadores jóvenes para que creen su línea.

Los diseñadores consultados coinciden en que la falta de apoyo del diseño se sustenta en que resulta más barato copiar muebles de revistas extranjeras que contratar a un diseñador que haga un producto distinto y nuevo. Esta característica de la industria local empuja a los diseñadores a producir sus trabajos de una manera artesanal, en series muy limitadas y, por supuesto, a un costo más elevado.

Potencial venezolano

"En Venezuela hay mucho potencial, pero se necesitaría apoyo de entes privados y públicos para que los diseñadores puedan producir sus piezas", opina Rivas.

Experiencias como la de Dennis Schmeichler con el taller de Casa Curuba en Quíbor merecen un renglón importante en la historia del diseño de muebles en el país y su consecuente impulso.

La muestra de que hay talento quedó demostrada en la exposición que organizó el Museo de la Estampa y el Diseño Carlos Cruz-Diez, Objetos cotidianos. Diseño y fabricación en Venezuela. Asientos, mesas, estanterías y utensilios conjugaban su dimensión estética y funcional. Allí se reunieron artistas, arquitectos, comunicadores visuales, quienes, como dice el catálogo, se han dedicado a diseñar de manera autodidacta.

Y es que para la artista y diseñadora Teresa Mulet, la formación es la gran carencia del diseño criollo. "No tenemos una escuela de diseño de objetos. Aquí son los diseñadores gráficos, arquitectos o los artistas quienes se acercan a intervenir un mueble".

A diferencia de Milán, donde estudió, "aquí se copian las cosas y no hay respeto hacia el diseño". Mulet cree que hacer producciones limitadas no es nada fácil: "No puedes competir con el mercado, las piezas son más caras porque son artesanales. Para mí sería más fácil traer muebles de afuera y vender, pero no soy vendedora, mi vida es crear".

Marva Griffin, organizadora del conocido Salón Satélite de Milán, está convencida de que hay talento, sobre todo el los jóvenes. "No hay formación de diseñador", cree, por eso tiene en proyecto hacer talleres de formación con maestros extranjeros que le den un impulso al diseño de objetos.

En una entrevista, Mies van der Rohe comentó sobre el diseño de la MR 90: "La silla es un objeto muy difícil. Todo aquel que ha tratado de hacer una sabe eso. Hay infinitas posibilidades y muchos problemas: la silla tiene que ser ligera, tiene que ser fuerte, tiene que ser cómoda. Es casi más fácil construir un rascacielos que una silla". Mulet, quien creó el concepto "tipo útil", en el que objetos utilitarios nacen de familias tipográficas, ha vivido en carne propia lo real de esa frase. Sobre todo cuando la industria no favorece este tipo de creaciones. Mulet quisiera que el diseño de objetos tuviera el mismo vuelo que ha tenido el diseño gráfico venezolano en el exterior.

"Todo lo que nos rodea tiene una utilidad. Pero cuando este objeto útil está hecho con creatividad, es decir, con criterio, se redimensiona su carga estética. De allí que lo que usamos y nos circunda de alguna forma también proyecta nuestros valores", se lee en el catálogo de Objetos cotidianos.

http://www.eluniversal.com/2007/08/19/qhay_art_el-diseno-de-objetos_410665.shtml